Las colecciones han de incluir todo tipo de soportes. Son fundamentales su alta calidad y adecuación a las necesidades y condiciones locales. Deben reflejar las tendencias actuales y la evolución de la sociedad, así como la memoria del esfuerzo y la imaginación de la humanidad. Ni los fondos ni los servicios han de estar sujetos a forma alguna de censura ideológica, política o religiosa, ni a presiones comerciales. (Manifiesto de la UNESCO sobre la Biblioteca Pública, 1994)