Poeta chileno / Alejandro Zambra
Este escritor es uno de esos pequeños tesoros que merece la pena desenterrar con calma. Autor de varias novelas breves y deliciosas, como La vida privada de los árboles o Formas de volver a casa, vuelve a lucir su humor inteligente para presentarnos un personaje que sin duda conoce de cerca. Gonzalo es un escritor que ambiciona algo que todo el mundo parece desear en su país: convertirse en un poeta chileno (de renombre). En la tierra de Neruda, Mistral, Huidobro o Nicanor Parra, esto, más que un destino inevitable, resulta una pesada carga que cada cual sobrelleva como puede.
Pero, más allá de sus aspiraciones literarias, a Gonzalo lo acosan sus vaivenes personales. Así, este poetastro, en el camino pedregoso para convertirse en un auténtico poeta, sí consigue ejercer (contra todo pronóstico) como un buen padrastro de Vicente, el peculiar hijo de su pareja Carla, para quien, a pesar de todos sus defectos, se convierte en una figura de referencia. Tanto que, cuando lo conocemos de adulto, también aspira a convertirse (cómo no) en un poeta chileno.
Una novela que bucea en lo cotidiano y en la intimidad de todo tipo de relaciones sentimentales (de pareja, de amistad, paterno-filiales) con una ternura y un sentido del humor impagables. Si, como se afirma en el libro, las novelas de cuatrocientas páginas, como es el caso, solo pueden tener relleno, en esta ocasión el relleno parece sacado de la vida misma.