Literaturas periféricas
Literaturas periféricas
Cuando el centro hay que buscarlo en las esquinas
“Creyó por un momento que estaba en la caricatura de una ciudad hecha de cartón podrido. Aquello no era aldea ni tampoco una ciudad: era una piltrafa de capital, cortada y arrojada por vía de limpieza para que no corrompiera el centro"
De esta manera tan poco atractiva describía Benito Pérez Galdós en La desheredada las afueras de Madrid. Se trata de uno de los primeros textos que hacen referencia a la periferia en nuestra literatura. Si bien, los espacios alejados del centro, en muchas ocasiones marginales y desolados, ya eran materia literaria, ha sido recientemente cuando estos escenarios han experimentado un nuevo renacer. En los últimos años han surgido nuevas generaciones de escritores cuyas narrativas se alejan de los núcleos de poder y tratan de mostrar un panorama más amplio y rico de la realidad.
Estas narraciones ofrecen una nueva perspectiva de nuestro territorio que, alejada del estereotipo, nos presenta una España que es muchas cosas a la vez: una España llena y una España vacía; un compendio de centros y capitales burguesas marcadas por la opulencia; un conjunto de ciudades envejecidas y vacías; y todo un extrarradio empobrecido, muy poblado y surgido al albur de la migración interior.
Todo esto sucede no solo en España, sino que fruto de la globalización, se extiende al resto del mundo, donde los movimientos de personas y la experiencia de la migración se han convertido en material literario de primer orden. Son muchas las lecturas que tienen como protagonistas a personas que han emigrado buscando una vida mejor o han sido arrancadas del país en el que nacieron, pero también las que versan sobre el desarraigo y la pertenencia, con jóvenes que nunca han sentido como propia la familia o la sociedad a la que, por nacimiento, pertenecen.