Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para su funcionamiento, mantener la sesión y personalizar la experiencia del usuario.

Más información en nuestra Política de Cookies.

AceptarRechazar

Mazcuerras: tierra de escritoras

Casa de Concha Espina

BIOGRAFÍA

María de la Concepción Jesusa Basilisa Rodríguez-Espina y García-Tagle, más conocida como Concha Espina, nació el 15 de abril de 1879 en Santander. Era hija de Víctor Rodríguez Espina y Olivares y de Ascensión García Tagle y de la Vega, la séptima de diez hermanos.

A los trece años de edad, su familia se trasladó a Mazcuerras, al domicilio de la abuela paterna allí comienza a escribir versos, apareciendo el 14 de mayo de 1888 en El Atlántico, unos versos bajo el seudónimo, Ana Coe Snichp. A lo largo de sus colaboraciones llegará a utilizar cinco seudónimos.

En 1891 fallece su madre y un año después se trasladan a Ujo, Asturias.

El 12 de enero de 1894 contrae matrimonio con Ramón de la Serna en Mazcuerras, y se trasladan a Chile donde fue corresponsal del "Correo Español" de Buenos Aires y colaboró en diversos periódicos. En noviembre de 1894 tienen a su primer hijo, Ramón y en enero de 1896, a Víctor.

En 1898 regresan a España y se trasladan a su residencia de Mazcuerras. Dos años después, nace José, que fallecerá muy pronto, y en marzo de 1903, nace su única hija, Josefina.

Escribe su estudio Mujeres del Quijote en 1903 y sus poemas Mis flores, al año siguiente. Colabora en diarios como La Atalaya, El Cantábrico, etc. En 1907 da a luz a Luis, su último hijo. En 1909 aparece publicada su primera novela, La niña de Luzmela y se traslada a Madrid.

El reconocimiento llega en 1914 cuando llega a las librerías La esfinge maragata, a la que la Real Academia de la Lengua otorgará el Premio Fastenrath en la primera ocasión en que se le otorga a una escritora. La autora se documentó “in situ” para la composición de este primer gran éxito novelístico, en el que describe el modo de vida de las mujeres maragatas, que integran una sociedad matriarcal que sin embargo vive pendiente de la presencia latente de los hombres ausentes, a los que respetan y esperan, aunque se saben víctimas de sus fracasos.

En 1916 escribe la novela La rosa de los vientos y el ensayo Mujeres del Quijote, que en su primera edición llevará por título Al amor de las estrellas y será ilustrado por un joven pintor santanderino del que Concha Espina era mecenas, César Genaro Abín. Entre 1916 y 1920 publica narraciones cortas, ágiles y llenas de sentimiento, muy líricas y con bellas descripciones.

En 1917 El jayón recibe el Premio Espinosa y Cortina, premio que otorgaba la Real Academia cada cinco años a una obra dramática. Se trata de un drama rural de gran belleza sobre la maternidad. Su autora lo adapta como obra de teatro a petición del autor dramático Martínez Sierra, y se estrena en Madrid en el teatro Eslava el 9 de diciembre de 1918; posteriormente se estrenará como ópera en Río de Janeiro.

En 1921 sorprende a los lectores con Dulce Nombre, novela con protagonista femenina, siguiendo su línea más generalizada, aunque ambientada de nuevo en su pueblo materno. Los personajes femeninos serán siempre una constante en su obra como protagonistas, unas veces como arquetipos y otras veces, como en Dulce Nombre, más como protagonistas individuales, ejes de una historia en la que la sociedad, o la familia, o ambas, impiden el desarrollo de la vida de la mujer que ella desea o siente necesaria. La idea de reivindicar una sociedad que no existe pero que tiene que alcanzarse se repite en las novelas de Concha Espina, y la mujer es la encargada de lograr ese propósito, sorteando todas las barreras que por costumbre o tradición le resultan impuestas desde el exterior.

En 1924 le conceden el Premio de la Real Academia Española por Tierras del Aquilón. Además, es nombrada hija predilecta de Santander y le es otorgada la Orden de Damas Nobles de María Luisa. En julio de 1934 se separa de su marido.

En 1926 escribe Altar Mayor, ambientada en la basílica y en la hospedería de Covadonga, a petición de los canónigos, que celebraban el veinticinco aniversario de su inauguración; esta novela es objeto de la concesión del Premio Nacional de Literatura, junto a Wenceslao Fernández Flórez, aunque después de la polémica ocasionada por la concesión ex aequo, Concha Espina dice entregar su importe a la suscripción del monumento a Cervantes.

Durante la Guerra Civil española publicó tres obras en torno al tema de la revolución: "Esclavitud y libertad", "Retaguardia", y "La luna roja". Un año después es nombrada miembro de honor de la Academia de Artes y Letras de Nueva York. En 1940 se queda completamente ciega. En 1950 recibe la Medalla del Trabajo.

En 1944, la Editorial FAX publica, por primera vez, sus Obras completas, que ella misma supervisa, con prólogo de su hijo, el periodista Víctor de la Serna. Varias crónicas, biografías, series de cuentos y una obra de teatro se suceden hasta la composición, en 1947, de El más fuerte, un retrato de la vida burguesa en Madrid.

Ese verano, su pueblo, Mazcuerras, le dedica un monumento en la plaza cercana a su domicilio en dicha localidad. El día 5 de diciembre de 1947, su amigo el escritor José María de Cossío, recién ingresado en la Real Academia Española, propone que la escritora ocupe otro sillón vacante en dicha institución, intento infructuoso.

En 1948, durante un homenaje en Mazcuerras, en donde veraneó siempre, salvo unos años transcurridos en Comillas, le imponen la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, y en 1949 obtiene la Medalla de la Academia de Letras y Artes de la ciudad de Córdoba.

Concha Espina llegó a estar propuesta en nueve ocasiones a los premios Nobel y, en tres de ellas (1926, 1929 y 1931), fue candidata. Fue propuesta al Nobel por 25 nominadores de numerosos países, entre ellos los españoles Jacinto Benavente, Gerardo Diego o Santiago Ramón y Cajal.

Concha Espina falleció el 19 de mayo de 1955 en Madrid.

Casa de Josefina Aldecoa

BIOGRAFIA

Josefa Rodríguez Álvarez, Josefina Aldecoa, nació el 8 de marzo de 1926 en La Robla (León) en el seno de una familia de maestros, y vivió en León, donde formó parte de un grupo literario que produjo la revista de poesía 'Espadaña'.

Se trasladó a Madrid en 1944, donde estudió Filosofía y Letras y se doctoró en Pedagogía por la Universidad de Madrid sobre la relación infantil con el arte, tesis que luego publicaría con el título El arte del niño (1960).

Durante sus años de estudio en la facultad entró en contacto con parte de un grupo de escritores que luego iban a formar parte de la Generación del 50: Carmen Martín Gaite, Rafael Sánchez Ferlosio, Alfonso Sastre, Jesús Fernández Santos e Ignacio Aldecoa, con quien se casó en 1952, con el que tuvo una hija, Susana.

En 1959 fundó en Madrid el Colegio Estilo, que fue para ella su gran obra, situado en la zona de El Viso. Se inspiró en las ideas vertidas en su tesis de pedagogía, en los colegios que había visto en Inglaterra y Estados Unidos y en las ideas educativas del Krausismo, base ideológica de la Institución Libre de Enseñanza: "Quería algo muy humanista, dando mucha importancia a la literatura, las letras, el arte; un colegio que fuera muy refinado culturalmente, muy libre y que no se hablara de religión, cosas que entonces eran impensables en la mayor parte de los centros del país".

En 1961 publicó la colección de cuentos A ninguna parte. En Los niños de la guerra (1983) hizo una crónica de su generación ilustrada por semblanzas, biografías y comentarios literarios sobre diez narradores surgidos en los años 50.

En 1969 murió su marido y permaneció 10 años en los que abandonó la escritura dedicándose a la docencia, hasta que en 1981 publicó una edición crítica de una selección de cuentos de Ignacio Aldecoa. Continuó su actividad literaria con novelas como Los niños de la guerra (1983), La enredadera (1984), Porque éramos jóvenes (1986) o El vergel (1988). En 1990 inició una trilogía de contenido autobiográfico con la novela Historia de una maestra (1990), Mujeres de negro (1994) y La fuerza del destino (1997), parcialmente en respuesta al discurso político durante los años posteriores a la dictadura acerca de cómo reconstruir el sistema educativo, al que no consideraba lo suficientemente laico.

En 1998 escribió el ensayo Confesiones de una abuela, en el que abordaba la relación y experiencias vividas con su nieto. En 2000 publicó Fiebre, una antología de cuentos escritos entre 1950 y 1990, y en 2002 El enigma, novela de temática amorosa.

En 2003 obtuvo el Premio Castilla y León de las Letras. En ese mismo año publicó En la distancia, sus memorias. En esta no sólo reconstruye sus recuerdos, sino también el de una generación perdida de intelectuales y escritores españoles de la Guerra Civil y la Posguerra: Ignacio Aldecoa, Luis Martín-Santos, Juan Benet, Jesús Fernández Santos, Rafael Sánchez Ferlosio y Carmen Martín Gaite. También nos recuerda cómo llegó a ser escritora por accidente, mediante un encargo editorial, de lo que no se arrepiente. Lo mismo que de sus viajes al extranjero, que le permitieron sobrevivir al mundo cerrado y viciado del primer franquismo.

En 2005 publicó La casa gris, una obra que escribió cuando tenía 24 años en la que narra, en forma de novela protagonizada por Teresa, su vida en Londres reflejando la diferencia de España y Europa en los años 50.

En 2008 publicó Hermanas, su última novela.

Falleció el 16 de marzo de 2011 en Mazcuerras.