La biblioteca
Historia de la Biblioteca
En septiembre de 1972, se procedió a la demolición del edificio llamado de "La Caridad", cedido por el Ayuntamiento para llevar a cabo la construcción de la Biblioteca Pública Municipal; el nuevo edificio suscitó una gran polémica, puesto que rompía totalmente la armonía urbanistica del conjunto de Cazalla de la Sierra y su estilo desentonaba enormemente con los edificios renacentistas circundantes.
En 1973, la Biblioteca está terminada, sin embargo permanece cerrada al público porque presenta importantes defectos que impiden su apertura. Por fin, el 18 de diciembre de 1978 se abre la Biblioteca al público por primera vez, con 4.785 volúmenes. Pero su vista y su estilo seguían siendo incompatibles, pues el edificio no se integraba arquitectónicamente en el urbanismo de la localidad. Ésto provocó mucha disconformidad entre la población y una gran movilización popular que se mantuvo durante varios años, hasta que finalmente y casi ocho años despues de su apertura, el 4 de agosto de 1986, la Biblioteca se cerró nuevamente, se propuso su remodelación y el pólemico edificio fue derribado.
En 1990 culminó la obra de la hoy Casa de la Cultura, reproducción de nueva planta casi exacta del primitivo edificio "Hospital de la Caridad", que consiguió devolver la deseada armonía al conjunto. El 3 de octubre de 1991, la Biblioteca vuelve abrirse al público, contando con 6.825 volúmenes y 922 socios, y desde entonces, no ha dejado de crecer. Las cifras anuales de préstamos y la alta participación en las actividades de fomento de lectura que se organizan, demuestran la buena salud de la Biblioteca.
La Biblioteca Pública Municipal "San Juan de la Cruz", de Cazalla de la Sierra, está inscrita en el Registro de Bibliotecas de Uso Público de Andalucía, Orden de 21 de marzo de 2002 de la Consejería de Cultura (BOJA núm. 57, de 16 de mayo 2002). De esta manera queda integrada en la Red de Bibliotecas Públicas de Andalucia.
Historia de nuestra localidad
Cazalla de la Sierra tiene su término municipal situado dentro del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla, declarado desde 2002 Reserva de la Biosfera por su paisaje de dehesas, un ejemplo de desarrollo sostenible y de aprovechamiento tradicional de los recursos naturales. Es dehesa, con frondosas encinas y alcornoques, quejigos, castaños, jara y romero, pero también fresco bosque de galería, en la Ribera del Huéznar, por donde se abre camino la Vía Verde, el trazado del antiguo ferrocarril convertido en sendero natural. Sus cielos son surcados por especies protegidas como la cigüeña negra o el águila imperial ibérica, dándole la categoría de Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), y es su cielo también, Reserva Starlight, por la calidad que posee para la realización de observaciones astronómicas.
El devenir histórico ha dejado su huella indeleble en el urbanismo de Cazalla de la Sierra. Los inicios del poblamiento en su término municipal, se hunden en la noche de los tiempos, allá por el Neolítico, como indican los restos hallados en las Cuevas de Santiago. Celtíberos, romanos, visigodos, árabes... los periodos históricos van transformando esta villa -primero asentamiento- y su presencia la atestiguan las fuentes literarias, las arqueológicas y el patrimonio histórico que en la actualidad dibuja la fisonomía de Cazalla de la Sierra. Así, durante la Edad Media, para los almohades fue la "ciudad fuerte", que capituló cuando Fernando III la conquistó para Castilla en 1246; se convirtió en plaza fuerte para la defensa del Reino de Sevilla y también sufrió las pugnas de poder de la nobleza castellana, concretamente entre la Casa del Duque de Medina Sidonia y la del Conde de Arcos (1). Durante el siglo XV, Cazalla de la Sierra va creciendo y posicionándose, experimentando un notable desarrollo socioeconómico favorecido por las repoblaciones medievales, por una coyuntura agraria extremadamente positiva y por su ubicación en la red viaria de comunicaciones -próxima a la Vía de la Plata, puerta hacia Extremadura y paso hacia la campiña sevillana- que hacen posible este auge de la localidad, alcanzando su mayor esplendor cuando en el siglo XVI da el salto, se hace descubridora y exporta vinos -y población- a las Indias Occidentales.
Se convierte en foco de atracción para órdenes monásticas y a Cazalla llegarán franciscanos, cartujos, clarisas, agustinos, etc. que hallan aquí una oportunidad para consolidar su influencia social, política, económica y religiosa. Tras las vicisitudes del siglo XVII, con las epidemias de peste que sacudieron a toda Europa, Cazalla de la Sierra fue villa en Corte: el primer rey de la casa Borbón, Felipe V, fijó aquí su residencia y la de toda su corte real durante los meses de junio a agosto de 1730. Ya en este siglo XVIII, la industria vinatera comienza a decaer en favor del marco de Jerez -tras el traslado de la Casa de Contratación a Cádiz-, y sin embargo, fueron los aguardientes y anisados, los que consiguieron que se identificara a Cazalla con su bebida más conocida, en una convulsa época de transformación como lo fue todo el siglo XIX -con las desamortizaciones y vaivenes políticos así como los intentos de industrialización- y principios del XX. Más de treinta fábricas de aguardiente llenaron el aire de Cazalla de la Sierra con los olores de la matalaúva, identificando producto y localización: si quería usted un aguardiente, pedía un "Cazalla". Tras el terrible paréntesis de una guerra civil que golpeó duramente a esta serranía, la industria de los aguardientes siguió durante el siglo XX siendo uno de los motores económicos para la zona, y aunque fue decayendo paulatinamente, dos de estas fábricas han llegado hasta la actualidad: El Clavel y Miura, que son los aguardientes de la Cazalla del siglo XXI.
(1) CARMONA GRANADO, A; JIMÉNEZ CUBERO, S. (1995): Cazalla de la Sierra: Naturaleza e Historia. Cazalla de la Sierra: Ayuntamiento de Cazalla de la Sierra.