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AL PRINCIPIO O AL FINAL

AL PRINCIPIO O AL FINAL

libros&foc

Ustedes habrán oído por ahí la famosa frase atribuida a un tal Goebbels ministro de propaganda durante el aciago periodo nazi alemán : “cuando oigo la palabra cultura echo mano a la pistola” parece ser que no fue el tal G. sino otro individuo de parecidos parámetros quien lo dijo, parece incluso que hay emblemáticas imágenes al respecto : quién protagonizó el asunto importa poco o poco importa porque la realidad ,y lo que tremendamente importa, es que todo el fascismo s. XX y sus variados herederos del XXI sacan real o metafóricamente sus pistolas ante no más la palabra cultura… ¿qué harán pues frente a la cultura misma… ? Realmente lo podemos ver investigando por encima encima los casos (en los variados gobiernos de las taifas hispanas) de tauromaquias, espadas ,caralsoles ,censuras, caza menor en las escuelas y toreros.

Dicen que un militar tullido dijo frente a Unamuno en Salamanca , cuando el propio Unamuno descubrió su error al imaginar que los militarotes podrían hacer algo benigno ante el desastre total que rondaba España. Digo, dijo: “¡muera la inteligencia!” y añadió, quizás de manera genérica: ”viva la muerte!!”, que el tullido o mutilado lo dijera o no lo dijera (no hay crónicas fidedignas) no importa o poco importa pues lo verdaderamente terrible es que este espécimen transgénico fue un agente eficaz y constatado en esparcir la muerte por doquier y asesinar si no la inteligencia, que se puede, a miles de personas dotadas de ella.

Parece ser que a Pier Paolo Pasolini , artista global en su tiempo , escribió en los tremendo años de plomo italianos “no puedo demostrarlo, pero la democracia cristina son un grupo de asesinos”, no podía demostrarlo pero, ay! fue asesinado en la playa romana de Ostia y el asunto sigue sin que se aten cabos fehacientes ,dijo unos días antes : “todos estamos en peligro”, se refería a “todos” los que tenían una clara posición vinculada a una cultura abierta, creativa ,libre , critica ,no acomodaticia…vital en suma.

Que la gente ,bronca ,ignara ,facciosa…heredera de lo peor del XIX y del XX desprecie la cultura o creen estructuras esperpénticas para defender “otra cultura” no debe sorprendernos pues toda esa mezcolanza estulta ,zafia, testosterónica tiene como objetivo genético atacarla y lo más difícil :atacar su etérea presencia en la literatura, las artes, las bibliotecas, la bondad, la disposición ética y estética de estar en el mundo dejando, no ya un aroma de santidad si no de concordia partiendo de la amplitud ,flexibilidad, conocimiento y voluntad de trasmisión certera y veraz frente a la hediondez de una historia falaz, restringida e ignorante: La cultura mantiene firme el hilo tenue que nos haces ciudadanas/os y personas, es decir y volviendo al principio: ésta como lecho nutricio donde los seres humanos y los colectivos prosperan sin distorsiones, patologías, violencia tóxica, rémoras….más quienes denostan todo ello, ay! son quienes manejan ,en estos tiempos aciagos que surcamos, desde las instituciones públicas su destrucción y nos llevan a los toros y nos enseñan sus pistolas y muera la inteligencia y viva las cadenas…y todo podía ser una ficción distópica con cierta inclinación neurótica a no ser por lo que podemos ver desde hace un tiempo en algunos gobiernos locales ,regionales o provinciales que dejan corto al Valle Inclán de El ruedo ibérico y más corto aún a Larra y sus Retratos de costumbres .

Al principio o al final :

Quemaron los libros de Rousseau en Paris y en Ginebra en 1762, tuvieron a bien no quemarlo a el mismo como ocurrió con Giordano Bruno en Roma en febrero de 1600, con Servet en Ginebra en octubre de 1553: ambos ardieron junto a sus obras ,las mismas que ,a pesar del fuego y censura voraz por medio ,han podido llegar a nosotros por la gracia del ingenio antiguo de la imprenta y de la memoria ,quemaron ,ay! a las personas, aunque las personas arden mal : necesitamos más de 900º para la calcinación , quemaron pues ,ay! los libros, aun cuando los libros arden mal : necesitan más de 233 º para la calcinación ,aun así ,en España se vieron medianas hogueras de libros hasta bien entrados los 50 , por fortuna no quemaron autores pero se esmeró la maquinaria infame de aquel estado en acallarlos, exiliarlos o directamente asesinarlos aun cuando esto sería, nunca mejor dicho, fuego de otras hogueras o quizás el principio, si no nos espabilamos, de ciertas hogueras por llegar.

Vale